Lo que escribo, con algunas fotos (o algo así)

jueves, 12 de marzo de 2009

De "Insomnios miserables" 8


Entre piso 5

Esta limosna es para mí,

Tuyas no son tampoco las sobras.

 

Retahíla de una puta

Y luego están esos pequeños libidinosos,

Que se deleitan en conversaciones obscenas

Y al encontrarse conmigo una noche de estas

Se apartan y se santiguan,

Exceptuándose de mi especie,

Llenos de un horror tan angelical como falso.

 

Esos, los pobres de imaginación,

A los que cualquier desconocido hábito

Asombra y asusta, pretenden

Enseñarme el buen camino.

 

Esos, que son tan incapaces

De apartar la vista de

La propia nariz, que cualquier

Murito se torna muralla

 

Y luego, perdidos en su brevedad, se asustan

¡Qué trémulos estallan en su concha!

Falsas perlas explotadas

Ya no hallan valor,

Enterrados en el fondo del mar

Como las voces de las caracolas,

Son la estéril copia de las palabras de un gigante.

 

 

 

La novata

Es una desconocida.

La lleva a su casa con más lástima que pasión,

Toma por la cintura su cuerpo flaco,

Lo baña con un sudor frío, pegajoso.

 

Ella se deja llevar.

No está borracha, no puede tenerse en pié,

Al descuido la acomoda en la cama y la desviste.

Sus pechos pequeños caen levemente

Hacia los lados, inflamados los pezones por el frío.

 

Es una línea blanca y larga.

Parte en dos la cama de una plaza,

Un tacón rojo hundido en la colcha sucia,

El otro apenas apoyado en el parquet,

Las palmas heladas sobre el sexo oscuro y tupido.

 

Indolente esboza una mueca indefinida

Cuando su anfitrión se baja los pantalones

Y le aparta las manos,

La mantiene cuando la penetra.

 

Sus oscuros ojos observan con fijeza la ventana.

Un enorme pájaro gris, con pecho amarillo,

Se posa en la rama de un ciruelo,

Picotea la fruta con fiereza, hasta despedazarla.

Pasa allí toda la noche, hambrienta.

 

Entrepiso 6

 

Unos pocos brotes explotan en flores

Otros a penas alcanzan a ser hojas verdes

Los más se secan antes de explotar,

Corroe sus tallos el perfume de azar.

 

Un viejo ciego viene y la huele

Su lazarillo la riega después

¡Perro malo! ¡Perro viejo!

¿Qué sería de tu vida si no te doy de comer?

 

 


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